Todos somos capaces de mejorar, embellecer, customizar, cambiar todos los objetos que deseemos, decorando y transformando a gusto, tema, temporada, ocasión, clima, festividad, ritual, y nivel que queramos. Para ello sólo tenemos que conectarnos con nuestra creatividad y llevarla a la accíon.
Estoy convencida de que los espacios que nos rodean tienen un impacto directo en nuestra salud mental, emocional, espiritual y física. Y a través de mi Método Decopresencia, les muestro a las personas cómo decorar su hogar o espacio laboral desde su esencia, transmitiendo su mensaje, contando una historia y definiendo su estilo de vida a través de los elementos decorativos que las rodean.
Los colores, texturas, materiales, temperatura, olores, sabores, música, formas y muchos otros elementos en nuestro entorno pueden influir directamente en nuestra armonía, paz, energía positiva, disfrute y felicidad. Por eso, es importante utilizar el poder de los detalles y crear espacios que reflejen nuestra personalidad y objetivos para nuestro bien-estar.
El ambiente que nos rodea también tiene una gran influencia en nuestra concentración, productividad, creatividad, comodidad, por eso me empeño en crear espacios armónicos, llenos de belleza estética que nos inspiren. Para mí, cada evento es una oportunidad para crear una experiencia única y memorable que trascienda en la vida de las personas y en la mía propia.
Mi amor por la decoración comenzó por mi abuela, ella me enseñó como deben cuidarse los detalles, cómo servir, cómo comunicarme asertivamente con mis invitados, cómo ser una maestra de ceremonias, sobre todo la sensibilidad de la decoración en todos los momentos de mi vida, millones de detalles que hacen que un encuentro sea algo sumamente especial, creando en mí la mentalidad de anfitriona y el amor por todo esto, dándole importancia no sólo a lo que sucede sino en dónde sucede, conectando a través del corazón, nuestros sentidos y emociones. Y mi madre amaba hacer con las manos, cualquier manualidad, crear soluciones prácticas y sentarse haciendo con detalle, por eso basé mis estudios y labores en estos aprendizajes.
Con el tiempo le agregé un ingrediente más, mi pasión por la neurociencia, que me ha permitido comprender cómo lo que compone nuestros espacios físicos influyen en nuestro cerebro y emociones, y cómo podemos diseñarlos de manera funcional y ornamental para lograr un entorno agradable.
Por eso, para mí, la decoración no es solo una cuestión estética, sino también una forma de honrar el legado que ellas me dejaron. Es una manera de mantener su espíritu presente en mi vida y en mi hogar… es una forma de arte y una manera de mantener viva la memoria de mis seres queridos, desarrollando „El Arte de vivir en gracia“.
La decoración es un elemento clave en mis eventos, por su valor sentimental, mi conexión conmigo misma y con las mujeres de mi vida, haciendo de mi vida un gran evento.
Lya